Seres alígeros
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Seres alígeros.- Pasear entre las dunas rodeados de seres volátiles y luego escribir cosas fantásticas. Esos que vuelan ¿serán los volátiles de Fra Angélico? ¿Serán derviches giróvagos que al perder la noción del cuerpo se convierten en volátiles? Cuando uno escribe cosas fantásticas, se echan a volar antes de que uno pueda atraparlas y van por el aire, tan campantes, a subirse a los tejados de Marc Chagall a tocar el violín y a coger rosas blancas que tan narrativamente pintara el ruso con las raíces en el cielo. También se van con sus pájaros y sus cabras ingrávidas a bailar, porque la vida es una fiesta. Ese día quiero un montón a mis papás: a don Jorge Luís, a don Julio, a don Alejo, a don Gabo y quiero, quiero mucho, a don Pedro Páramo que escribió ese libro único que se llama, Juan Rulfo. A todos ellos los invito a que bajen, aquí a las dunas, a pasear entre seres alígeros y a tomar un rato el fresco. Juan Yanes
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Bichos extraordinarios
Esqueleto de un cachalote varado en la isla de Fuerteventura. He leído cosas increíbles sobre los cachalotes. Son tan sibaritas y se han epecializado tanto en la ingestión de calamares que llegan a bajar 3.000 metros de profundidad para tomarse un aperitivo. Ningún mamífero puede llegar a esas profundidades. A mí no me importaría ser un cachalote y vivir comiendo calamares, sepias y pulpos toda la vida. Es más, estoy seguro que algún amigo o algún enemigo mío sibarita, se ha reencarnado en un cachalote. Me lo huelo, porque ya en vida eran bastante cefalópodos. J.Y.
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