Lolita
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Lolita.- Sube a la guagua arreglándose las coletas. La veo avanzar por el pasillo hasta la altura de mi butaca. Se sienta a mi lado. ¡No! Contengo la respiración. El corazón se me sale por el nudo de la corbata. Final del trayecto, respiro. Ella se levanta, me mira displicente por encima del hombro, mientras cierra el libro de Nabokov. El mundo está lleno de gente insoportable. Juan Yanes
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