Fuego fatuo
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Fuego fatuo.- Había una luz que antes de caer daba un salto sobre una silla de plexiglás rosa que estaba en el rincón ―un salto innecesario, como todo lo que nos es dado―, y huía por la ventana hasta incrustarse en el globo rojo de la noche. Una luz boba, un ovillo de luz. Eran hilos de luz con los que jugaba el viento. Eran hilos de fuego de asar castañas. Eran uñas de gato chamuscadas. Eran uñas de bruja coruja rascándose las verijas en la negrura del aquelarre. Seguramente no era ninguna de esas cosas sino que eran lamentos de fuego, gritos que venían del fondo de la tierra. El que sabe todos los juegos se reía con las manos metidas en los bolsillos, el bombín ladeado y roto y los enormes pantalones sujetos con un alambre a modo de cinto. ¿Qué es el fuego? Dígamelo usted, señorito, decía. ¿Qué es el fuego? Dígamelo usted. ¿Dónde está la luz mafasca? ¿Dónde está el muerto? Dígamelo, dígamelo, y se reía. Juan Yanes
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Me encantaron éstas, ¿cómo las hizo? más bien como graduó la cámara?
Abrazo
Hola EV: Pues las hice, de noche, en la boca de un fogón de asar castañas, que aquí los hacen con unos tubos como de metro y medio, supongo que para que al subir el humo les de ese color especial. Salían chispas em todas las direcciones cuando la boca no estaba tapada por las castañas. Fue un espectáculo muy bonito. Yo ponía la máquina sin mirar por el objetivo, saqué varias decenas. Sin objetivo especial, todo normal. Un saludo