Minima moralia
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Mínima moralia
Juan Yanes
El Patito Feo
Hans Chistian Andersen nunca quiso contar la versión gore de la venganza del Patito Feo. Hubiera parecido una anticipación grotesca.
Caperucita y el Lobo (fantasía queer)
Entonces, ante la mirada atónita de Caperucita y de su abuela, el cazador y el lobo se empezaron a hacer carantoñas y, cogidos de la mano, se adentraron juntos en la espesura del bosque.
Obsesiones matrimoniales de la realeza
Qué lástima dan esos príncipes melancólicos y solitarios al que su papá, el rey, tiene que buscarles esposa utilizando, normalmente, métodos bastante heterodoxos. Al fin sucede que el príncipe queda prendado de la belleza de la dama con la que se casa ipso facto para comenzar una larga vida de inmoderada felicidad. Sólo se habla del matrimonio, nunca del patrimonio.
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El pájaro ciego
El protagonista de esta fábula es un pájaro ciego, pero no la voy a contar porque muere en el mismo instante que comienza. La intensidad dramática es casi insoportable, como puede usted imaginar.
Lapsus
Durante mucho tiempo creí que el zoomorfismo y la zoofilia eran la misma cosa, hasta que tuve un breve affaire con uno que se llamaba Esopo.
Cuento y descuento
Llámase ‘cuento-descuento’ a aquella narración que puede ser contada al derecho y al revés, o sea, de delante hacia atrás y viceversa. Un palíndromo narrativo, un cuento bidireccional, reversible, vamos.
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Precocidad minimalista
“Había una vez un colorín colorado”, es un cuento que contó una niña contrariada que no quería contar cuentos.
Vivir del cuento
Tener más cuento que Calleja.
Infundio
¡Ya está bien de estar enredando a cuenta de la ninfomanía de Blanca Nieves! Le dijo un psicoanalista a otro psicoanalista.
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Recuento
Cuando se cuentan cuentos sin cuento, sin venir a cuento, se empieza uno a deslizar por la pendiente del cuento de nunca acabar.
Perrault
En una nota marginal, Parrault dejó claro que Caperucita Roja sólo coqueteaba con el Lobo Feroz y que, por lo tanto, son infundadas las sospechas que le atribuyen especiales dotes en el arte de la seducción.
Sinología agnóstica
Los cuentos chinos no se los cree nadie.
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hola andaba por aquí y descubrí tus cosas. Muy bueno todo.
Aunque nadie los crea, me encantan los cuentos chinos.
Hasta otra.
Mónica C
Gracias Mónica por venir. Esto está lleno de cuentos chinos. Un saludo