Dar la vuelta a la manzana
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Dar la vuelta a la manzana.- Salí a pasear al perro y cuando di la vuelta completa a la manzana* pude comprobar, atónito, que la piel estaba hendida por dos enormes mordiscos: uno era el de Adán y otro el de Eva, supuse. ¡Ah, la vieja manzana bíblica, otra vez!, dijo Isaac, Isaac Newton que en ocasiones daba la vuelta a la manzana conmigo, cada uno paseando a su propio chucho. Me voy para casa, le dije, antes de que aparezca por aquí Guillermo Tell a hacer práctica de tiro o a usted le empiecen a llover manzanas siderales sobre la cabeza. Y sin salir de mi asombro, terminé de dar la vuelta a la manzana sin que pasara nada. A toda prisa, volví a casa, me senté en el sofá y me comí la manzana que me quedaba, no fuera que la fuerza de la gravedad se la llevara en perpendicular hasta el mismísimo centro de la tierra. Juan Yanes
* Manzana: cuadra
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