El ángel exterminador
.
.
El ángel exterminador
Terminó la conferencia pero nadie se levantó. No hubo aplausos, ni comentarios, ni pregunta alguna. El conferenciante se quedó quieto en el estrado, sin saber qué hacer y el público también permaneció silencioso en su asiento, mirando. Después, el conferenciante abrió las manos como preguntando ¿me quieren decir qué hacemos aquí? Pero nadie contestó. Ninguna de las personas recordaba qué estaban haciendo allí. No podían reconocerse, nadie sabía quién era, no podían volver a casa, habían perdido la memoria. Empezaron a ponerse nerviosos, empezaron a gritar y a comprender oscuramente que estaban abandonados, encerrados en su propio el olvido.
Juan Yanes
.
.
.
.
.
.
…pos no te ví yo en la peli…
besitos
(estás bien guapo, eh?)