Fibra óptica
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Fibra óptica
Me he tragado dos metros de fibra óptica cortada en pedacitos. Ahora me veo todo por dentro. Por ejemplo, esta mañana estuve en el interior del hueco poplíteo. Nada de particular, es como si estuvieses nadando en gelatina. Tenía un montón de posibilidades, porque con tantos pedazos de fibra óptica en el cuerpo, es como si tuviera cien ojos mirándome las tripas. Así que dejé el hueco poplíteo y como estaban cerca, le hice una visita a los gastrocnemios, que los notaba yo últimamente un poco decaídos. Tampoco son nada del otro mundo, una masa roja, como si estuvieras dentro de un tomate o en la mismísima Tomatina de Buñol. Después estuve en la glabela y me despedí con un paseo por el pterigoídeo. Total, un aburrimiento. ¡A ver ahora cómo me saco yo los dos metros de fibra que tengo danzando por ahí!
Juan Yanes
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