Diálogo quijotesco

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Diálogo quijotesco

—Esto que ves, querido Sancho, es un monstruo.

—¿Un monstruo?

—Sí tío, sí. Un monstruo en estado embrionario, pero un monstruo. Te lo digo yo que he leído a Kafka por un tubo, con todas sus consecuencias.

—¡Qué monstruo, ni monstruo, señor! Es un Macallan con hielo, se lo digo yo, don Alonso, tío que de aromas y texturas entiendo mogollón.

—Tú entiendes de pellejos, Sancho, pero ni zorra idea de aromas y texturas. No sabes nada de las sombras que alimentan el espíritu. Para lidiar con monstruos como éstos, es menester abandonar la rústica racionalidad instrumental en la que vives y adentrarse en el misterio insondable de la vida.

—Vale, me rindo, me desvencijo, me aquijoto. ¡Me quito el cráneo!

Juan Yanes

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