En medio de la mar océana
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En medio de la mar océana
—¿Falta mucho para llegar?
—No lo sé.
—¿Ves la orilla?
—No. Sólo veo nubes y agua.
—Entonces estamos en medio de la mar océana, abandonados.
—No lo creo.
—Vamos a morir, tengo la seguridad. Nadie vendrá a por nosotros. Será un sacrificio inútil, una generación desperdiciada.
—No seas tremendista y sigue nadando, esto es sólo el ensayo general y haz el favor de poner más dramatismo en lo que dices. Hay un montón de extras esperando. Haz un esfuerzo, recuerda los años de lucha…
—Ah, lo dices porque sabes perfectamente que las condiciones subjetivas todavía no están maduras y las masas bla, bla, bla, bla. Me pondré a maldecir a los dioses.
Juan Yanes
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¡eres genial, tío!
¡Hala, la Virgi que es una de las tres filósofas del barrio y siempre de guardia!