La posesión del aire
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La posesión del aire
Me gustan los artefactos inútiles que tienes en tu casa, como la suspensión del juicio que guardas en una oscura gaveta, o el verso de pie quebrado que escondes detrás de los libro de la estantería. Me gusta tu obsesión por lo que aparentemente no sirve para nada: las olas que miras desde la infancia, el silencio de las aceras, el verdor de tu mirada. La colección de telarañas que amontonas debajo de la cama, la caja con tarjetas firmadas por gente desconocida que compraste en el rastro, los soldaditos de plomo cojos y las muñecas tuertas y las bolas de cristal, ¿qué utilidad tienen? Amas todos esos objetos que se pueden tocar y todas esas otras cosas impalpables para dejarte poseer por su inanidad. Extiendes así la posesión de tus dominios hacia todo lo que es insignificante. A mí me cuentas también entre los insectos disecados que coleccionas.
Juan Yanes
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Sé que no es un comentario, pero me has dejado sin palabras con esa frase final.
Besitos
Ah, muchas gracias Elysa por tu comentario. Un poco se trata de eso, de sorprender. Supongo que muchos tios no dejan de ser pequeños bichitos, más o menos curiosos, dentro del universo femenino.