Teoría de la media naranja
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Teoría de la media naranja
Yo soy una naranja multicolor, él es un espino, un cardo, un lechuguino. Yo soy dulce como la guayaba, él es sombrío y amargo como el acíbar. Yo leo cosas que tienen que ver con el don de la ebriedad, él lee cosas sobre la escuálida diosa razón. Yo amo a Nietzsche, él es devoto de Descartes. Yo soy dionisíaca, mientras que él es un vago remedo de sopa de convento, un diminuto apolíneo pusilánime. Yo soy hermosa, él un monstruo de fealdad, un paranoico. Yo, además de hermosa, tengo la gracia de ser elegante. Él, además de feo, es extremadamente tosco en sus modales. Yo soy un punto y seguido, él un punto y final. Yo tengo la boca perfecta, y sin embargo él, tiene prognatismo maxilar, es decir, boca de cucharón. Yo soy extraordinariamente inteligente y lúcida —¡Dios, qué falta de modestia!—, él es rematadamente lento de mollera y oscuro. Yo soy apasionada, él frío como un témpano. Yo soy todo alacridad, fruto sin duda de una educación esmerada, él es un ser violento, artero, un rústico. Yo soy optimista a más no poder, él es pesimista sin remedio. Yo me trago el mundo, él lo lleva a cuestas. Somos la antítesis el uno del otro. Somos dos seres heterogéneos, desiguales, disímiles, asimétricos. Lo amo.
Juan Yanes
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¿Estabas pensando en mi media naranja y en mí?
Besitos
Ja, ja, ja. No, estaba pensando en mí. El problema es que el chico de la foto es más bien guapito… pero no se puede tener todo en la vida.
Buena muestra paródica de la sinrazones del amor. Me has hecho reír con lo de «Dios, qué falta de modestia», jaja.
Otro abrazo
No sé, no sé. Si hiciera de abogado del diablo diría que es un poco esquemático todo… Qué bien que te haga gracia.
Una delicia! me alegra haber llegado sin sorpresas a este final, obvio, y necesario. Saludos!
¡Hola, Germán! Cómo estás… ¿Ya hiciste el periplo europeo….? Un abrazo
Pues ya fuimos y volvimos! Y amenazamos con volver! Próxima parada: Tenerife y alrededores! Abrazo!