La nigromante
—Me dijiste, y yo te creí, que me esperaba un futuro luminoso, que entraría en la senda que conduce a un jardín recóndito lleno de dulzura y placer. Sin embargo, tú sabías que iba a morir.
—Te equivocas, en ese jardín sólo entran los muertos.
—¡Calla!, los muertos son pavura.
— Yo leí el futuro de tu muerte. Ya estabas muerto cuando me pediste que lo hiciera.
Juan Yanes
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