Miedo
Miedo. [A Julio Cortázar] Un ángel solitario/ en la punta del alfiler/ oye que alguien orina. Roque Dalton
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Haiku
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En el estanque
helado, peces muertos
de cristal ámbar
Juan Yanes............................
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Las paradojas del caminante
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Las paradojas del caminante.- Hay caminantes de la lluvia. Hay caminantes de caminos borrados. Hay caminantes que dan vueltas sin moverse de un punto. Hay caminantes de la piel. Hay caminantes funámbulos que caminan por la cuerda floja. Hay caminantes hiperbólicos. Hay caminantes imaginarios que caminan sobre sus sueños. Hay caminantes que llegan antes de partir. Hay caminantes que no llegan a ninguna parte. Hay caminantes virtuosos y caminantes virtuales. Hay caminantes que se bifurcan con los caminos. Hay caminantes cualitativos y caminantes cuantitativos. Hay caminantes que nunca regresan porque nunca partieron. Hay caminantes de un solo camino. Hay caminantes que siempre están pensando en regresar. Hay caminantes a los que les cierran todas las puertas. Hay caminantes que caminan toda la vida. Hay caminantes que no hacen camino al andar. Hay caminantes de una belleza tal, que mueren en el camino. Hay caminantes de la noche y del dolor. Hay caminantes que sólo les interesa el camino. Hay caminantes sedentarios. Hay caminantes que siempre toman el camino contrario. Hay caminantes de los libros. Hay caminantes alucinados que descubren caminos ignotos. Hay caminantes de caminos caminados. Hay caminantes del tiempo. Hay caminantes que llegan a sitios que no existen. Hay caminantes insomnes que caminan en cayucos. Hay caminantes que llevan en sus pies el horizonte. Hay caminantes obligados a caminar. Hay caminantes del conocimiento. Hay caminantes que han andado todas las veredas. Hay caminantes que no caminan. Hay caminantes elípticos que describen círculos extraños. Hay caminantes que caminan hacia detrás. Hay caminantes de los puntos cardinales. Hay caminantes que se caminan a sí mismos. Hay caminantes desolados porque no hay caminos. Hay caminantes transparentes que van a Comala. Hay caminantes de todos los exilios. Hay caminantes de andar por casa. Hay caminantes perdidos y otros que se pierden. Hay caminantes del patio de la celda. Hay caminantes sin sombra y otros que la abandonan. Hay caminantes de calles empedradas de oro. Hay caminantes del beso y de la muerte. Juan Yanes
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José, el muerto
José, el muerto.- ¿Cuánto falta para llegar al cementerio? preguntó el muerto. Ay, José, ¿por qué preguntas esas cosas? respondió uno que cargaba la caja en la que iba José, el muerto. Es que estoy muy cansado, dijo el muerto muriéndose. ¿Cansado de qué? preguntó a su vez el que cargaba. De la vida, compadre, de la vida, dijo el muerto con solemnidad. Pues ya te moriste y bien muerto que estás, repuso el compadre. Sí, pero es que no termino de irme ¿sabes? dijo el muerto. ¡Ay, José! pues tendrías que estar muerto y requetemuerto, siete puñaladas no hay cuerpo que las aguante. Pues ya ves, dijo el muerto, no termina de escapárseme la vida. Eso es que eres un alma en pena y confundes las cosas porque estás empezando, respondió el que cargaba. Decían que la muerte era el descanso eterno, sentenció el muerto, y no siento más que tristeza y un enorme cansancio. ¡Ay, José! ¡Muérete ya, por lo que más quieras, o tendrás que empezar otra vez con lo de las puñaladas! Entonces hubo un silencio, y el compadre que cargaba pensó que José, el muerto, se había muerto de verdad, pero al cabo de un tiempo se volvió a oir su voz: Está bien, me muero, no se hable más, dijo. Siete puñaladas son muchas puñaladas, pero antes de irme dime una cosa, ¿por qué me diste siete, si con una bastaba? Juan Yanes
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Sillas, nalgas y cultura
«Las nalgas son la respuesta natural al problema de sentarse. La silla es la respuesta cultural a ese mismo problema». Jorge Wagensberg
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Las escamas de Frank Ghery
……………Las escamas de Frank Ghery.- Miraba la perfección de las escamas del pez y entonces pensaba en Frank Ghery que construye sus edificios con la memoria manual de la textura de las percas que apretaba entre sus manos cuando era niño. Juan Yanes
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