El oscuro borde de la luz II (fotos y microrrelatos)

¡Ños!

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 31 diciembre, 2011

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¡Ños*, fuerte año!

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Ver Tesoro Lexicográfico del Español de Canarias, de Cristobal Corrales Zumbado (et al.), T.III, página 1953.

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Una teoría de las palabras

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 30 diciembre, 2011

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Una teoría de las palabras

Conozco un tipo que tiene una teoría sobre las palabras. Hay muy poca gente que tenga teorías sobre las palabras. Hay tipos que tienen teorías de cómo plantar champiñones en el sótano de las casas, o cómo industrializar el hilo de las telarañas… pero teorías sobre las palabras, después del maestro Saussure y el maestro Bajtín, no conozco ninguna.

Dice que las palabras las tenemos dentro, como si estuvieran en una habitación dentro del cuerpo. Siempre entran y salen por la boca y siempre están entrando palabras nuevas que buscan acomodo, a veces dándose codazos con las otras. Las palabras tienen unos rifirrafes tremendos porque unas se creen con derecho a existir y se lo niegan a otras. Yo no sabía que las palabras se hacen la competencia, pero el tipo este dice que sí. Según él, hay gente que tiene muchísimas palabras dentro y otra gente que apenas tiene un centenar. A veces las palabras nuevas las olvidamos y nunca más vuelven a salir de la habitación, se quedan inservibles dentro de nosotros. Cuando no hablamos las palabras se quedan descansando. Pero por lo general les gusta mucho salir a darse un paseo y lucir el tipo. Son muy noveleras.

Según la teoría del tipo este, de cada palabra hay un sólo ejemplar. Por ejemplo, de la palabra madre, hay una, como en la vida real, que entra y sale todas las veces que haga falta. Lo mismo ocurre con otras palabras lindas de nuestro idioma,  como mar, amigo, azul, amor. También ocurre con las palabras antipáticas, como: gramática, icosaedro, glosemática, paradigma, semántica, superestructura, semema, tetrástrofo, semantema o estanflación (que ahora se va a poner de moda). Según la teoría del tipo este, lo dicho hasta aquí son algunos de los rasgos demográficos de su teoría.

Ésta se completa con los rasgos psicológicos o caracteriales de las palabras.  La alegría sería el rasgo fundamental de la personalidad de la mayoría de las palabras. Cuando hablamos, las palabras dan saltos de alegría, hacen volatines, caminan sobre las manos, boca abajo, serpentean, hacen equilibrios sobre un alambre, dan vueltas de campana, hacen la vuelta del carnero, se caen, se levantan, se dan batacazos, patinan, corren a todo meter, nadan contra corriente, y luego regresan arrastrándose, hechas polvo, sudorosas, deshidratadas y van entrando por la boca para dentro y se van cada una a su cama, hasta que las volvemos a sacar. La teoría es más complicada, pero la termino otro día, ¿vale?

Juan Yanes

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El cielo y la tierra

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 29 diciembre, 2011

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El cielo y la tierra

El cielo es hermoso y la tierra oscura. Todos pensamos que vendrán días mejores y que habrá un futuro promisorio. Pero la verdad es que vivimos en un pedacito de tierra y el cielo, aunque sea hermoso, también está contaminado. Con respecto a futuro no hay nada que decir porque siendo como somos mayoría, permitimos que unos pocos decidan nuestro futuro. Y el futuro siempre ha sido y seguirá siendo una cuestión de poder.

Juan Yanes

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La música frágil

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 28 diciembre, 2011

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La música frágil

Hay música tan frágil, que se rompe. Él ama esa música. Ama la música. Toda la música, con sus continentes y sus mares interiores, sus cadenas montañosas, sus valles, sus riberas, sus apacibles lagos y sus ríos majestuosos. También ama sus riachuelos, sus ensenadas, sus bosques, sus desiertos, sus islas y archipiélagos, sus minúsculos islotes, sus recónditos jardines. Es muy raro encontrar a alguien que no ame la música. Es fácil amarla, no hay que entender nada, sólo hay que dejarse atravesar por el aire que vibra. No es como la filosofía, erizada de palabras imposibles, ni como la ciencia, secuestrada en su propio laberinto de fórmulas y metalenguajes, no. La música la escucha todo el mundo sin haber estudiado nunca música. Hay personas que lloran al escuchar a Pau Casal tocando El cant dels Ocells. Hay músicas lacrimógenas por antonomasia, el Coro de los esclavos del Nabucco de Verdi, por ejemplo. Hay gente que hace el amor con el Adagio de Tomaso Albinoni. Hay quien escribe poemas escuchando la música sacra del s. XVI de Thomas Tallis.  Hay gente que necesita poner la Marcha Radetzky para empezar a funcionar por la mañana. Él se emociona cuando escucha a Mikel Laboa cantar Txoria txori, la canción más triste del mundo. Los niños se duermen escuchando nanas, arrorrós, canciones de cuna, lullabies. Hay gente que se cura de las enfermedades del alma con la músicoterapia. Hay personas que cierran los ojos para escuchar música y no mueven ni un dedo, como si fueran a entrar en éxtasis. Sin embargo hay otras que necesitan moverse y llevar el ritmo con los pies, las manos, las caderas, el cuerpo entero, porque para ellos la música es el cuerpo. Todos los rincones y esquinas de la vida están ocupados por alguien tocando un instrumento. De todas las ventanas de los barrios del mundo se escapa la música como la algarabía de una bandada de pájaros. Hay música dentro de los coches, de las guaguas, de los trenes, de los cines, de las tiendas, de los centros comerciales, de las iglesias, de los estadios, de los colegios. A la Plaza Garibaldi del D.F. van las parejas a las cuatro de la madrugada a que los charros les canten canciones de amor. Él va por la calle abstraído con su ipod y unos auriculares, escuchando música. Hay música por todos lados. Las ciudades revientan de músicos callejeros en verano con sus fanfarrias o con sus delicadísimas melodías. ¡Ah, la música de las calles! A él le gusta la música de los músicos callejeros. No será la mejor música, pero es la música más auténtica, a cuerpo gentil, sin trampa ni cartón… Hay, sin embargo, una música callejera que lo perturba, la de los niños. Esa frágil y hermosa música de los niños callejeros le produce dolor, porque sospecha que son niños a punto de romperse.

Juan Yanes

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«Osea»

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 27 diciembre, 2011

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«Osea»

Osea que esta mañana estaba yo con la bajona y me dije, ¿pasa colega, vas a seguir embajonado? Vamos a darle una alegría al cuerpo propiamente dicho y me fui al nota de las rastas y le dije, oye tronco, ponme unos ruletes ahí, que me quede el tormo chachi piruli y ¿sabes lo que me dice? Es megafuerte ¿vale? Me dice: pero si tú estás calvo, pibe, qué rastas ni rastas, pósate ahí que te pego un postizo, osea una prótesis, osea un sucedáneo.

Estoy que me salgo, ¿a que sí?

Juan Yanes

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Interior

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 26 diciembre, 2011

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Interior

Ingresar en el interior de los cuerpos donde también la luz es parte del laberinto

Juan Yanes

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Muro

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 25 diciembre, 2011

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Muro

Mientras no haya solución al problema palestino, es inmoral celebrar la navidad.

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Paisajes de la memoria

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 24 diciembre, 2011

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Paisajes de la memoria

Dice Milan Kundera que las personas guardamos fotografías en la memoria, no películas. Cierro los ojos e intento encontrar esas fotografías. Efectivamente, si me esfuerzo, consigo ver  algunas imágenes fijas. No veo acciones, ni secuencias, ni gente moviéndose (yo creo que en el sueño sí veo imágenes que se mueven. No estoy seguro, es una mera suposición). Entonces, si me concentro, veo imágenes como si tuviera dentro un proyector de diapositivas. Tengo que cerrar los ojos y concentrarme. Y al concentrarme tampoco veo lo que quiero, entran y salen cosas sin un orden muy claro hasta que aparece lo que busco, pero siguen entrando y saliendo imágenes  que se superponen. Es como si las imágenes fueran un poco renuentes, como si les costara salir… Recuerdo que hace algunos años iba con un grupo de amigos a pasar las tardes y a correr a El Pinar de Valladolid, que entonces era un bosque inmenso. Íbamos con ropa de deporte y llevábamos la merienda y después de correr durante una o dos horas nos sentábamos en el suelo a beber y comer juntos. Eran unas tardes apacibles y las recuerdo como una especie de gozo, pero no consigo ver las imágenes del bosque con nitidez, ni consigo ver las caras de mis amigos. Veo una construcción enorme de ladrillo visto, de paredes muy altas en medio de los árboles, mas aquel frondoso bosque de verdes intensos no está, sólo lo puedo nombrar. Es como si alguien hubiera barrido esas imágenes, como si se hubieran diluido. Como si alguien las hubiese borrado o se hubieran escapado del lugar donde están almacenadas. También puede ser que yo no haya estado nunca en El Pinar de Valladolid, que sea un recuerdo prestado por alguien que me lo ha contado. Puede ser, también, que El Pinar de Valladolid no exista y que por lo tanto sea imposible tener imágenes de él. Pero nada más decir esto, me doy cuenta de que no es verdad, que también tenemos imágenes inventadas, imágenes de la imaginación. Tendré que hablar de todo esto con Kundera o, mejor, voy a ver si encuentro por estos pagos a Don Alonso Quijano, que no sólo es fruto de la imaginación, sino que vivió toda su vida dentro de una realidad imaginada.

Juan Yanes

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Descalzo

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 23 diciembre, 2011

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Descalzo

Antes yo también utilizaba zapatos para andar y sombrero para saludar. Compraba flores para ponerlas en un jarrón y sabía diferenciar lo que era la naturaleza y lo que era la cultura. Antes yo decía, una pluma en mi sombrero es cultura, una pluma en un pájaro es naturaleza. Pero ahora lo confundo todo y las flores del campo me parecen cuadros pintados por Paul Cézanne, porque se acerca la muerte y yo soy un montoncito de polvo o de barro o de arena o de viento y voy descalzo y estoy desnudo, con los ojos estampados de candor.

Juan Yanes

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Proteas

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 22 diciembre, 2011

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Proteas

No sé por qué comes éstas extrañas plantas que seguramente vienen de los oscuros márgenes del mundo, de hace millones de años. ¿No te da miedo comerlas? No, me respondió. Pero fíjate bien —insistí—, una vez que te las metes en la boca ya no te las puedes sacar, sino que avanzan inexorablemente hacia el esófago. Si retroceden se te calvan las puntas como agujas en la boca. No me quiso responder y fue entonces cuando me di cuenta de que no tenía boca sino una especie de opérculo violáceo.

Juan Yanes

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… con vistas a la playa y restorán

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 21 diciembre, 2011

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Estudio de casos: «Perdón por el cuerpazo»

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 20 diciembre, 2011

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Estudio de casos: «Perdón por el cuerpazo»

«Ya le digo. No sé si esto que voy a decirle tiene que ver con el cuerpazo y si lo va a leer algún niño y luego va y se escandaliza. Lo que voy a decirle es lo siguiente: Estoy hasta el moño de los calcetines, así que he decidido tatuármelos en esa parte de mi cuerpazo que son la patas. No sé si está bien o está mal. A mí, desde luego, me encanta. Ya le digo, igual no tiene nada que ver con el cuerpazo de uno, pero mola, ¿sabe?»

Juan Yanes

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País

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 19 diciembre, 2011

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País

Hemos tenido que taparle la boca a este país. Se pone a hablar de economía y de cosas que ni entiende ni son de su incumbencia. Ahora le daremos de comer con una sonda y si se pone chulo, a pan y agua.

Juan Yanes

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Mujeres maltratadas

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 18 diciembre, 2011

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600.000 mujeres maltratadas

600.000 mujeres han sufrido maltrato en 2011 en España, según el estudio realizado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género y el Centro de Investigaciones Sociológicas. Esta es la durísima realidad de la violencia de género en nuestro país. Unas cifras que deberían avergonzarnos y que ponen de manifiesto el nivel de ferocidad y crueldad en el que vivimos.

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Raku

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 17 diciembre, 2011

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Raku

He querido seguir el rastro de los sonidos en la piel cuarteada de la arcilla donde tu voz se confunde con los colores tornasolados y púrpuras del fuego y de la ternura.

Juan Yanes

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Miedo

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 16 diciembre, 2011

Estatua del escultor José Abad. Tenerife

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Miedo

Cuando regreso a casa de noche le voy dando patadas a las piedras y a los botes de coca-cola que encuentro por el camino. No sé por qué lo hago, debe ser algún atavismo de la infancia. Yo soy ya un señor respetable y no debería hacer esas cosas ni dar saltitos, pero cuando no me ve nadie, me comporto como un auténtico merluzo. Todo eso ocurre hasta que me cruzo con esa estatua de hierro. Entonces me quedo paralizado. Yo sé que es un tótem. Conozco a su autor, un escultor abstracto. Son pocos los que quedan hoy en la abstracción. Es muy duro ser un escultor o un pintor abstracto, haber llegado a ese tipo de refinamiento estético, para que nadie te aprecie. Los artistas han claudicado, han vuelto, lamentablemente, a la figuración. Es terrible para el arte que ocurra esto. Pero ya no sé de qué estaba hablando… ah, sí, de la impresión que causa en mi ánimo la visión nocturna de esa escultura. No me gusta nada encontrármela de sopetón y siempre me la encuentro de sopetón. Por más vueltas que de, termino pasando por delante de esos hierros. Veo entonces un Cristo crucificado, un homúnculo de Millares destripado, alguien que sufre clavado a unos hierros. Esa estatua me devuelve a la realidad, me trae todos los miedos de la infancia.

Juan Yanes

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Esperar

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 15 diciembre, 2011

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Esperar

Esperamos estoicamente una cita equivocada.

Esperamos estoicamente la guagua que nunca pasa.

Esperamos estoicamente en la cola del supermercado, pero la cola lleva días sin moverse y no avanza, nunca llegará nuestro turno.

Esperamos estoicamente en el puesto de la carne, aunque sabemos que no hay carne desde hace mucho tiempo.

Esperamos estoicamente en la cola para sacar el certificado de residencia en una ventanilla, tenemos un tique con el nº 579, pero esa ventanilla no es una ventanilla sino la entrada a un recinto del que nunca se regresa.

Esperamos estoicamente pasar por el control de pasaportes aunque sabemos que nos van a deportar a un país que no es el nuestro, donde se habla una lengua incomprensible, donde nos convertiremos en zombis perdidos en los interminables pasillos de un aeropuerto.

Ella espera estoicamente en la esquina para verlo pasar, pero él no pasa porque está muerto.

Esperamos estoicamente una subida de sueldo ilusoria.

Esperamos estoicamente a que vengan tiempos mejores pero sólo vienen tiempos peores.

Esperamos estoicamente que esto se convierta en Jauja, pero sólo escuchamos las carcajadas de los dioses que se ríen de nosotros, mientras caemos al vacío.

Esperamos salir de la cárcel algún día, aunque sabemos que nuestro expediente se perdió en los archivos y no hay constancia de que estemos en ningún lado.

Hace mucho tiempo que ya no esperamos nada, si acaso la benigna llegada de la muerte, pero la blanca señora se demora hasta el hastío como si también ella se hubiera olvidado de todo y nos dejara aquí tirados para siempre, esperándola.

Juan Yanes

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La fundación del día

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 14 diciembre, 2011

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La fundación del día

He salido al balcón que da a la calle de la casa en la que vivo, para regar las macetas. Es temprano, quizá no sean aún las siete de la mañana. La señora que vive enfrente de mi casa ya se ha levantado también y está tendiendo la ropa en su azotea. Lo hace con una precisión milimétrica: primero los paños de cocina, todos parejos, a la misma distancia, luego las toallas, a continuación las sábanas bajeras —lo sé porque descubro una especie de elástico alrededor del borde—, y así hasta que llena al tendedero. Todavía no hay mucha luz. De la calle sube un rumor dudoso, entrecortado. Hay en el aire un cierto dulzor. Pasa la gente, esporádicamente, hacia el trabajo. Caminan deprisa, mostrando una especial energía. La vida se despereza y se echa a andar. Parece que todo tiene ganas de vivir, como si algo fuera inminente. Es el principio inevitable del mundo. El indeciso comienzo del día, su fundación.

Juan Yanes

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Fenomenología de la ciudad

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 13 diciembre, 2011

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Fenomenología de la ciudad

La ciudad, a vista de pájaro, es un intrincado  laberinto rectangular de edificios y calles, un entramado de líneas perpendiculares que se entrecruzan, una retícula de pequeños cuadros de techos y azoteas, una urdimbre extensa de ladrillos y asfalto, un ovillo de líneas telefónicas, un entramado inextricable de hilos del tendido eléctrico. La ciudad es un enredo de arquitecturas superpuestas, de aparcamientos, de estadios, de edificios en ruinas, de zonas residenciales, de barriadas periféricas, de supermercados, de juderías, de conventos, de mezquitas, de catedrales, de parques y jardines, de plazas, de calles, de depósitos, de almacenes, de avenidas, de bulevares, de polígonos, de alcaicerías, de carreteras de circunvalación, de autovías, de puentes, de calzadas, de acueductos, de rotondas, de aceras, de pasos a nivel… Pero uno nunca ve la ciudad así. La ciudad es ante todo el espacio de las pasiones. El espacio del amor. El espacio del odio. El espacio de la mentira. El espacio del poder. El espacio de la palabra. El espacio del conocer. El espacio del dolor… En la oscuridad de aquel cine de barrio me diste el primer beso y desde entonces el asfalto y los semáforos y los pasos de cebra y las ramblas y las arcadas de los soportales y el sonido de los pasos de la calle en medio de la noche son mi única y verdadera pasión.

Juan Yanes

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Parecen las tripas de un ordenador, pero es la vista aérea de una ciudad. De verdad

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Talasocracia

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 12 diciembre, 2011

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Talasocracia

Barquitos de papel. En los minúsculos charcos de agua de la memoria de mi infancia, libré gigantescas y desiguales batallas navales contra el turco,  de las que salía milagrosamente indemne después del fragor del combate.

Juan Yanes

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El inventario del mundo

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 11 diciembre, 2011

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El inventario el mundo

¿Cuántos objetos existen en el mundo? se preguntaba. ¿Es posible reunirlos?

Cuando los hubo reunido se dio cuenta de que faltaba la luz, pero ya era tarde para hacerlo.

Juan Yanes

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El laberinto de los tópicos

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 10 diciembre, 2011

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El Laberinto de los tópicos

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Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura
ché la diritta via era smarrita.
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Ahi quanto a dir qual era è cosa dura
esta selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensier rinova la paura!
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Dante Alighieri

Dos primeras estrofas de la Divina Comedia. El Laberinto de los tópicos es el nombre de una página web que comenta algunos lugares comunes, sobre todo latinos.

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Vilanos

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 9 diciembre, 2011

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Vilanos

Yo buscándote sin rumbo para soplarte en el cuello y el aire de las calles atravesado por cientos de misteriosos vilanos trasportados, como yo, azarosamente por el viento.

Juan Yanes

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Lo que piensa el viejo

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 8 diciembre, 2011

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Lo que piensa el viejo

• Soy un marciano, no tengo correo electrónico.

• El Portal de Belén está ocupado por los sionistas.

• A la juventud, antes de tirarla a la basura, le sacarán el cuero a tiras para recuperar algo de lo invertido en su esmerada educación.

• Algunos recuerdos envejecen, se arrugan, otros sin embargo se renuevan, rejuvenecen, se reinventan a sí mismo.

• Cuando te miro se quedan suspendidos del aire los pájaros, como si ellos también te mirasen extasiados.

• Vivo dentro de la historia que yo mismo me cuento para soportar la realidad y la soledad más absoluta.

• Cuando se quitó el rímel, se hizo de noche.

• La escritora colgó sus manos en la liña de tender la ropa y se fue a dar un paseo.

• Esa era la señal. El día que revolotearon todas las mariposas alrededor de mi cabeza comprendí que estaba loco.

• Dice mi esposa que estoy casado con una mujer boticheliana.

• Hoy ha bajado un hilo blanco del aire, como si fuera un vilano rezagado, en forma de espagueti celestial.

• Me vengo de todas la mujeres que me abandonaron, felicitándoles las navidades con una tarjeta horrenda.

• Busco la luz de Rembrand.

• Amarran los veleros con gruesas maromas a los bolardos, para que no salgan volando.

• Banca(rrota): el banco hizo ¡crac! Y se partió. Luego hicieron ¡crac! el resto de los banco. Fue muy divertido: ¡crac! ¡crac! ¡crac! ¡crac! ¡crac! ¡crac! ¡crac!

• Ese sacacorchos tan raro es para sacarle el resuello al alma.

• Yo en la escuela era bastante repitiente.

• La última excentricidad es haberse enamorado locamente de sus rutinas. Quiere que lo entierren con ellas.

• Cada vez que me aprieto del nudo de la corbata, me dan ganas de seguir.

• La solución la tenía en sus manos, pero era manco.

• Siempre está preparado, no se sabe para qué.

• Cuando no haya sitio para más basura, pondrán estaciones de servicio en la estratosfera para sembrar de mierda el universo.

• ¿Estás escribiendo ya esa admirable historia de perdedores?

• No sé por qué aquella gente llevaba un reloj de pared atado al cuello.

• Lo último que va quedando vivo en las ciudades son sus muertos: los pobres, los marginados, los emigrantes, los mendigos. (Mauricio Wiesenthal)

• Reclusión interior: Me he quedado sordo para escucharme sólo a mí mismo.

• Ocurre que nos morimos o nos mueren y nos convertimos en occisos, fiambres, interfectos, muertitos, difuntos, cadáveres, fallecidos, extintos, tiesos, caídos, posados.

• Cada día nos vestimos con recuerdos, para salir a la calle. L. Rohe

• Vio el rosto de una mujer bellísima y se quedó ciego.

• Los personajes de la foto empezaron a moverse y poco a poco fueron saliendo del portarretratos.

• Efecto colateral: al tirar de la cadena, se vino el mundo abajo.

Juan Yanes

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¿Buscar?

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 7 diciembre, 2011

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¿Buscar?

Esa cabeza con gafas, está pensando. Está pensando que hay automatismos mentales que asumimos de manera acrítica. Está pensando que uno de esos automatismos es “la búsqueda”: por lo visto, la vida es una búsqueda; debemos buscar el sentido de lo que hacemos, de lo que pensamos, de lo que queremos; debemos buscar la verdad; tenemos que buscar nuestro camino; hemos de buscarnos a nosotros mismos. Es una búsqueda en la que no encontramos nada, o nos hacemos la ilusión de que encontramos algo. Sombras. Encontramos sombras porque estamos dentro de la caverna. Entonces esa cabeza que está pensando se pregunta ¿por qué tenemos que buscar tanto? ¿Y si resulta que toda búsqueda es una trampa? ¿Y si resulta que todas las búsquedas son inútiles? ¿Y si dejamos de buscar? La cabeza esa que piensa intenta llegar a alguna conclusión: cree que es mejor sospechar que buscar ingenuamente. Sospechar de todo. Sospechar que nos han metido en un callejón sin salida. La cabeza piensa que antes de empezar a hablar de nada, tenemos la obligación de levantar la alfombra para ver qué hay debajo. Vamos a mirar las palabras con lupa. Vamos a sospechar del lenguaje. Vamos a salirnos de las metáforas en las que vivimos confortablemente. Vamos a cuestionarlo todo. Vamos a poner el mundo patas arriba a ver qué pasa.

Juan Yanes

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Sí, sí, la crisis

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 6 diciembre, 2011

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Sí, sí, la crisis

Sí, sí, estructural, estructural. Una crisis estructural. Además, con un tremendo componente psicológico ¿verdad?, la famosa confianza. El dinero que es miedoso por naturaleza. Sí, sí, terrible, terrible. De todos, una responsabilidad de todos, de todos. Sí, sí, de todo el país, de toda Europa. ¿Fondos de rescate secretos por valor de 7,77 billones de $, con be, pero qué me dices? Se están forrando. Sí, sí, los mercados, los mercados. Irresistibles, sí. ¿Qué me vas a contar?… Mi mujer se fugó con uno y no la veo desde hace meses. Sí, sí, una crisis tremenda, estructural, formidable.

Juan Yanes

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Heráclito

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 5 diciembre, 2011

Espiral de Martín Chirino, expuesta en la Calle Triana de Las Palmas de Gran Canaria, en el 2011

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En la circunferencia, el comienzo y el fin coinciden

Heráclito

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Las formas de tu rostro

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 4 diciembre, 2011

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Las formas de tu rostro

Juan Yanes

 Esas formas frías de tu rostro de agua impenetrable

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Desde donde te miras y miras lo que soy

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Cuamdo se detiene el flujo acerado de tu mirada en fuga

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El escriba

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 3 diciembre, 2011

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El escriba

 A la memoria del maestro Salvador Elizondo

Yo escribo. La escritura está por encima de la persona que escribe. Es superior a ella. Pero alguien tiene que escribir para que haya escritura. El escriba. Yo pienso que escribo. Especulo con la posibilidad de escribir. A veces creo que también escribo algo después de haber escrito. Me gustaría tener la certeza de haber escrito. Todo eso lo sueño en ocasiones. Sueño con la escritura escrita por mí. Veo su forma armoniosa. Los párrafos que llenan acompasadamente las páginas. La letra con la misma inclinación. Su volumen sonoro. Veo también durante el sueño el lapicero con el que escribo. Su punta, perfecta, como un estilete. Siento entonces el vértigo de los objetos punzantes. A veces pienso que soy un pendolista, no un amanuense, ni un copista. Cuando despierto no recuerdo nada de esa escritura. Es más, creo que yo no escribo. Pienso que es imposible escribir. No creo que haya escrito nunca ni una sola letra. Soy el escriba ágrafo, el que llora en el silencio de la páginas sin música.

Juan Yanes

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«¿Qué horas son, mi corasón?»

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 2 diciembre, 2011

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Las horas contadas

Las horas contadas son las que se van refiriendo en voz alta, a medida que pasa el tiempo: una hora, dos horas, tres horas, cuatro, cinco, seis… Las que sean. Hemos contado las horas. Es una lata, ya lo sé, pero así son las horas contadas. Las demás no se cuentan. Son incontables. La estatua del hombre que lleva el reloj sobre los hombros, no sólo cuenta las horas sino que, además, las carga. El tiempo también pesa. Tendríamos así, las horas contadas y pesadas.

Juan Yanes

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