El oscuro borde de la luz II (fotos y microrrelatos)

¡Hasta septiembre!

Posted in Objetos by Juan Yanes on 9 agosto, 2010

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Que se pudran los papales sobre la mesa

Que aprendamos a  perder tiempo

Que reivindiquemos el derecho a la holganza como un derecho humano más

Que pasen un verano moderadamente feliz (¡Ah, eso de la felicidad, qué historia!)

Saludos

 Juan Yanes

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Las mejores cosas de la vida

Posted in Inventario de manos y cuerpos by Juan Yanes on 9 agosto, 2010

 

 

 

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Textos robados

Las mejores cosas de la vida no son cosas (graffiti)

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Deseos rotos

Posted in Arquitecturas by Juan Yanes on 9 agosto, 2010

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Las abuelas de ‘Las señoritas de Avignon’

Posted in Escultura y pintura by Juan Yanes on 9 agosto, 2010

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Textos robados

 

Cuando descubrí el arte negro, hace cuarenta años, y pinté lo que llaman mi ‘época negra’, fue para oponerme a lo que llamaban ‘belleza’ en los museos. En ese momento, para la mayoría de la gente, una máscara negra no era sino un objeto etnográfico. Cuando fui por primera vez, siguiendo los consejos de Derain, al museo de Trocadero, un olor a moho y de abandono me apretó la garganta. Estaba tan deprimido que hubiera querido marcharme enseguida. Pero me obligué a quedarme, a examinar esas máscaras, todos esos objetos que unos hombres habían ejecutado según un designo sagrado, mágico, para que sirvieran de intermediarios entre ellos y las fuerzas desconocidas, hostiles, que les rodeaban, tratando así de superar su terror dándoles color y forma y entonces comprendí que este es el sendito mismo de la pintura. No es un proceso estético; es una forma de magia que se interpone entre el universo y nosotros, una manera de someter el poder, imponiendo una forma a nuestros terrores como a nuestros deseos. El día que entendí esto, supe que había encontrado mi camino.

Pablo Picasso

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A propósito de la exposición Picasso y la escultura africana. Los orígenes de Las señoritas de Avignon, celebrada en el TEA (Tenerife Espacio de las Artes). Allí me fui el otro día con mi cámara y un trípode… ya había preguntado previamente si podría sacar fotos ¡sin flash! y me dijeron que sí, pero cuando me vieron desplegar el trípode de un bolso que llevaba se empezaron a poner nerviosos. No. El trípode no. Pero ¿puedo sacar fotos? Sí, fotos sí, pero sin trípode… Pero… No hay pero que valga. Resultado, me salieron la fotos todas movidas, poco definidas, un desastre… En estos sitios de provincias, siempre hay algún concejal o algún reyezuelo o algún enano que pone normas por ponerlas, para joder.

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El patio de mi casa es particular

Posted in Sin categoría by Juan Yanes on 9 agosto, 2010

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Pedradas

 

Como el patio de mi casa es particular y además tiene entre sus particularidades la particularidad de que llueve y no se moja, como le ocurre al común de los patios, no se los voy a enseñar. Cuando los sabios resuelvan el problema de una ciencia universal de lo particular, entonces sí. Juan Yanes

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La ventana

Posted in Arquitecturas by Juan Yanes on 8 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

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La ventana.- Abre la ventana y ve a otra mujer que abre la ventana y a través de ella, seguramente, puede ver a otra y a otra, más diminuta, que hace lo mismo, hasta que se pierde la mirada. La ventana es la arquitectura de las mujeres. Están ahí clavadas, esperando, enmarcadas dentro de ese símbolo. Ella no quiere ser ventana, quizá puerta arco soportal calle. Pero se asoma y ve siempre un paisaje nuevo como la página de un libro abierto al azar. Se ha acostumbrado a mirar desde allí, a ver precipitarse a los suicidas de las azoteas como frutas maduras que se desprenden del árbol de la vida. Sabe que ha llegado la primavera por el rumor tumultuoso de los abrazos y entonces, como Tristana desde el balcón, enseña la enigmática hermosura de sus pechos, antes de pasearse desnuda por las cornisas. Juan Yanes

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Clavis

Posted in Objetos by Juan Yanes on 8 agosto, 2010

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Pedradas

Clavis.- La llave es un invento terrorífico, sirve para abrir, pero también sirve para cerrar. Deberían desaparecer las llaves de la faz de la tierra y poder vivir en un mundo abierto las 24 horas del día. Pero ¿y si un día le da por entrar por la puerta de tu casa para dentro, al 7º de Caballería? Pues si viene el 7º de Caballería da igual que la puerta esté abierta o cerrada. Esos señores nunca llaman antes de entrar. Entonces, ¿las llaves? Las llaves son un invento paradógico, como la vida. Juan Yanes

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Bordes primigenios

Posted in Árboles y flores by Juan Yanes on 8 agosto, 2010

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Diletantismos

Bordes primigenios.- En algún momento las cosas empezaron a tener bordes y aristas y formas y contornos y márgenes y filos y todas esas cosas existieron porque alguien pensó en ellas. Seguramente, sin conciencia de la realidad nada puede ser pensando. Tiene que haber alguien que diga el nombre de las cosas. Juan Yanes

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Laureles de Indias

Posted in Árboles y flores by Juan Yanes on 7 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

Laureles de Indias

……….Los espesos laureles llenaban, majestuosos, el espacio tibio de la luz del medio día, extendiendo la hermosura de sus brazos de lado a lado de la calle, formando una bóveda vegetal iridiscente.

.……...Íbamos hablando, dejándonos llevar por ese milagro de la geografía botánica de la ciudad que nos permitía estar en medio de la jungla sin dejar de pisar el asfalto. Recuerdo que yo le hice una de esas preguntas insufribles que solo se le puede hacer a los amigos.

……….Estos árboles tortuosos, de piel gris hendida de arrugas, me acompañan desde que era niño. Son mis vecinos, mis próximos, mis confidentes. Siento en el movimiento de sus ramas y en el rumor de sus hojas algo que me resulta difícil de poner en palabras. Una especie de murmullo, de fondo sonoro, de respiración, como si fuera la música de los días de mi vida. Nadie canta, es sólo una melodía arbórea irreal. Mi madre, o quizá mi padre, tan lejano, que viene a rescatarme de algún peligro. 

……….―¿Es desde la infancia desde donde vemos todo, no?― le dije, y seguimos andando bajo la sombra de aquellos lentos paquidermos.

Juan Yanes

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Gótico cristalino

Posted in Objetos, Sin categoría by Juan Yanes on 7 agosto, 2010

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Pasos de cebra

Posted in La calle que tú me das by Juan Yanes on 7 agosto, 2010

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Pedradas

Pasos de cebra.- Me parece indignante que pongan a las cebras por los suelos y que todo el mundo las pise. Juan Yanes

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Trancar puertas y ventanas

Posted in Objetos by Juan Yanes on 6 agosto, 2010

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Molinos de viento

Posted in Objetos by Juan Yanes on 6 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

 Molinos de viento.- Si usted es capaz de confundir una simple farola con las aspas de un molino de viento es que en el fondo usted cree que los molinos de vientos son desaforados gigantes con los que deberá entrar en fiera y desigual batalla. Si las cosas andan de tal guisa es que usted confunde la realidad con el deseo. Si eso ocurre, pensará que las ideas que usted tiene en la cabeza, son las que dan forma al mundo. Si eso es así, empezará usted a clamar por la justicia universal, la violencia de unos estados contra otros, y contra todo tipo de injusticia y avasallamiento de los débiles. Yo en su caso, iría inmediatamente a ver al psicoanalista y, de paso, reservaría plaza en el manicomio más próximo a su domicilio habitual, por lo que pudiera o pudiese pasar. Juan Yanes

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Mandrágora

Posted in Árboles y flores by Juan Yanes on 6 agosto, 2010

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Helado de vainilla y pistacho

Posted in Inventario de manos y cuerpos by Juan Yanes on 5 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

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………………..Helado de vainilla y pistacho.- Ella anda él salta como un canguro como una lagartija ella anda altiva con el pelito corto azabache liso casi displicente es mediodía de un día demasiado soleado él se acerca por detrás da un salto se planta junto a ella le dice algo al oído ella lo rechaza con el hombro él rueda no no rueda él retrocede teatralmente y luego se adelanta a grandes zancadas es un saltamontes desgarbado mientras sopla el siroco que aumenta la sensación de bochorno pero ellos no dejan de andar él se vuelve hacia ella habla gesticula ella también dice cosas con las manos él se acerca de frente ella continúa andando van a chocar cuando está a la altura de su cara él saca el cuello de entre las clavículas como una tortuga le da dos besos en la boca y retrocede ella lo agarra por la camisa atrayéndolo él se zafa da dos saltos hacia atrás se vuelve la saluda con la mano es un adiós que se curva por la cintura como un resorte dobla la esquina ella sigue andando altiva con su traje de golondrinas hasta los pies sostenido con asillas todo es luz amarilla vertical no hay sombra él desaparece un segundo luego asoma la cabeza a su lado la gente camina aplastada por el sol él sigue haciendo el titiritero para ella deben ser adolescentes en celo pienso él sonríe ella le dice algo se ríen los dos no se pueden aguantar ella pierde la compostura momentáneamente se pone a dar a saltitos como una rana él corre porque es una zancuda con el pico cónico y alas toma carrerilla da un brinco se sube al espaldar de un banco camina por el borde como un equilibrista al llegar al extremo salta en el aire separando los brazos y las piernas él es Gene Kelly ella es Silvana Mangano  sujetándose la falda para que no se le levante se juntan se separan son dos imanes que juegan delante de mí me miran como diciendo qué mira este idiota me siento un idiota que se refugia en una cafetería pide un café con hielo ellos siguen allí fuera flotando como si no hiciera calor siguen el juego se han parado impunemente entre los coches que resplandecen huyendo del sol se besan con ferocidad a mordiscos como si les faltara tiempo él empieza a derretirse poco a poco en medio del asfalto ella se derrite también son dos helados de vainilla y pistacho que gradualmente desaparecen comidos por la luz. Juan Yanes

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Paisaje para licántropos

Posted in Arquitecturas by Juan Yanes on 5 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

 El licántropo.- El licántropo de la casa de fieras de mi pueblo, a pesar de ser una de las atracciones más importantes que tiene el establecimiento, es algo lamentable. Para decirlo claro: es una birria absoluta de licántropo, sin verdadera pasión por la licantropía. No sale por las noches, no muerde y dudo mucho de que alguna vez haya asustado a alguien de verdad. Cuando cierran las puertas de la casa de fieras, por la noche, se va al cuarto del vigilante, se toman algo juntos, juegan a las cartas un rato y, enseguida, se retira a su cubículo a repasar apuntes. Terminó ya el bachillerato nocturno y ahora Estudia Filosofía y Letras por correspondencia. Es una pena, porque mira que está bien retribuida la profesión. El problema del licántropo de mi pueblo es que no tiene vocación. Juan Yanes

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Piercing

Posted in Objetos by Juan Yanes on 5 agosto, 2010

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Pedradas

.Piercing.- El celo por colgar argollas en cada centímetro de tu piel es verdaderamente ejemplar. Ya falta menos, amor mío, para que te conviertas en un colador llena de agujeros. Juan Yanes

 

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La calle lo cura todo

Posted in Inventario de manos y cuerpos, La calle que tú me das by Juan Yanes on 4 agosto, 2010

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Pedradas

La calle lo cura todo, hasta que la privaticen y haya que pagar por salir a pasear. Juan Yanes

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Historia del ruido

Posted in Inventario de manos y cuerpos by Juan Yanes on 4 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

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Historia del ruido

-Fue un ruido como si le partieran el esternón a un buey gigantesco. Un ruido seco y prolongado, seguido de un lamento que no terminaba de apagarse.

-Pues yo no oí nada.

-Tuviste que oírlo, fue un ruido horrible en medio de la noche.

-Pues te digo que no oí nada. Por cierto ¿qué día es hoy?

-Insisto en que tuviste que oírlo. Necesito saber si ese ruido existe o son imaginaciones mías…

-Pues si hoy es 17, creo que mañana cierran todas las tiendas, ¿sabes?

-Entonces ese ruido, ¿sólo lo oigo yo?

Juan Yanes

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El muro

Posted in Arquitecturas by Juan Yanes on 4 agosto, 2010

 

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Textos robados

El muro

El peregrino llega junto al muro,
ya sin aliento, apoya el él las manos
y la frente, buscando refrigerio:

mas pronto las aparta, que unas manos
y una encendida frente
lo sostienen del otro lado.

Ángel Crespo.

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Las plantas que amaba Diego Rivera

Posted in Árboles y flores by Juan Yanes on 4 agosto, 2010

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Diletantismos

Las plantas que amaba Diego Rivera.- Surcos como huellas digitales que discurren paralelos hasta precipitarse sobre los bordes alabeados de las hojas de las plantas que amaba Diego Rivera. Juan Yanes

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Mar de leva

Posted in Inventario de manos y cuerpos, Uno y todos los mares by Juan Yanes on 3 agosto, 2010

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Cherchez la femme

Posted in Inventario de manos y cuerpos by Juan Yanes on 3 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

Cherchez la femme.- La vida, para él, era una línea recta. Entendía el lenguaje al pie de la letra, en sentido puramente literal. Si le decían que había que buscar a la mujer, él se ponía de inmediato a perseguirla… Nunca llegó a sospechar que también existía el lenguaje figurado, metafórico, alegórico. Que la vida no era una línea recta, sino muchas líneas quebradas y confusas. Que la vida se bifurcaba indefinidamente y se desdoblaba e una, dos, tres, incontables vidas. En todo caso, siempre han sido las mujeres las que se hacen las encontradizas, para hacerle creer a los hombres que son ellos los que las encuentran. Juan Yanes

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El paraboloide hiperbólico

Posted in Objetos by Juan Yanes on 3 agosto, 2010

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Relatos Mínimos

El paraboloide hiperbólico.-  Oiga, ¿es usted por casualidad el paraboloide hiperbólico? Pues no, lo siento, soy un simple cilindro circular, más bien chato. Ah, perdón, se lo preguntaba sólo por curiosidad. Siento una pasión incontenible por la diversidad de los cuerpos, la multiplicidad de las formas, el misterio de… Sí vale, no se esfuerce, le comprendo perfectamente, yo también soy un sentimental de la geometría. Juan Yanes

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Sueño

Posted in Árboles y flores by Juan Yanes on 2 agosto, 2010

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Sueño en blanco y negro, ¿por qué ocupas tú la gama infinita de grises? Juan Yanes

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Discriminación positiva

Posted in Crítica, Inventario de manos y cuerpos by Juan Yanes on 2 agosto, 2010

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Cola del dinosaurio que todavía estaba allí

Posted in Árboles y flores by Juan Yanes on 1 agosto, 2010

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Nanoensayos

Todo empezó la mañana en que Augusto Monterroso se sentó eufórico en su mesa de escribir y pensó, ‘voy a llenar de monstruos los microrelatos’. Cogió el lápiz, miró al techo a ver si había alguna mosca vigilando y cuando la que estaba de guardia se despistó, escribió El dinosaurio. A partir de ese momento, los microrelatos se poblaron de dinosaurios de todos los tamaños. Un amigo que vivió mucho tiempo en México, me contó una cena con el autor en la que alguien le preguntó: “Maestro, usted en su famoso cuento del dinosaurio, ¿por qué dice ‘Cuando ella despertó, parece que el dinosaurio todavía estaba allí?”. A lo que el maestro respondió: ‘Hombre, ha convertido usted mi cuento en una novela. Sobra el ‘ella’ y el ‘parece que’. El mío sólo tiene siete palabras y no nueve’. La historia de cómo Augusto Monterroso, al despertar, se convirtió en un dinosaurio, podríamos resumirla, más o menos, así:

Primer Dinosaurio

El dinosaurio.- Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Augusto Monterroso

Después vinieron todos los demás

El dinosaurio.- Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí. Pablo Urbany

Los dinosaurios, el dinosaurio.- Cada soñador (¿o habrá que decir durmiente?) tiene su dinosaurio, aunque lo común es que no lo encuentre al despertar. Soñadores impacientes despiertan siempre antes de que sus dinosaurios lleguen y dinosaurios impacientes siempre se van antes de que sus soñadores despierten. Lo admirable del cuento de Monterroso consiste en presentar el único caso en que el tiempo del soñador coincidió con la paciencia de su dinosaurio y la impaciencia de un considerable número de lectores. Raúl Brasca

El dinosaurio educado.- Cuando despertó, el dinosaurio le dijo: «Buenos días». Fabián Vique

La culta dama.- Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”. —Ah, es una delicia —me respondió—, ya estoy leyéndolo. José de la Colina

Cien.- Al despertar, Augusto Monterroso se había convertido en un dinosaurio. “Te noto mala cara”, le dijo Gregorio Samsa, que también estaba en la cocina’. José María Merino

Otro dinosaurio.- Cuando el dinosaurio despertó, los dioses todavía estaban allí, inventando a la carrera el resto del mundo.Eduardo Berti

Homenaje a Monterroso.- Cuando el tiranosuario rex despertó, el dinosaurio ya no estaba ahí. Grabriel Giménez Eman

Sin título.- Cuando despertó, todavía estaba consigo mismo. Guillermo Samperio

El corrector.- Cuando enmendó, la herrata todavía estaba allí. José Muñoz Vargas

El descarado.- Cuando plagió, el copyright todavía estaba allí. José Muñoz Vargas

El dinosaurio.- El dinosaurio estaba ya hasta las narices. Hipólito G. Navarro

La excepción a la regla.- Cada vez que en un microrrelato aparece la palabra dinosaurio, el lector avisado recuerda: Monterroso; y aunque espero que este sea la excepción a la regla, presiento que ya es tarde. Julio Ricardo Estefan

Monterroseana.- Eres la hembra de mis sueños -le dijo con voz trémula. A ella le saltó el corazón, pero siguió comiendo. Cuando despertó, el dinosaurio estaba allí, solo, cegado por la gran bola de fuego. Era el fin de un período y el comienzo del fútbol. Lilian Elphick

Versión trágica del dinosaurio.- Nunca despertó. C. Cortés Amador

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Visto lo visto, me vi forzado por las circunstancias a escribir algunas parodias del famoso cuento. No son demasiado afortunadas, pero forman parte del rito de iniciación en la microficción. Así que va la primera: ‘Cuando despertó, habían desaparecido todos los dinosaurios de la faz de la tierra. Acababa de estrellarse el gigantesco meteorito que los exterminó’. Ante el riesgo de poner en peligro esta delicada especie (literaria) hice otra, menos apocalíptica: ‘Cuando ella [yo siempre he creído que la persona que se despierta es una mujer] despertó, le dio un beso al dinosaurio, que todavía estaba allí, y se convirtió en un apuesto y gentil Monterroso’. Esta me pareció más amable con el sonrosado padre del género. Y la última parodia del repertorio, para no extenuarlos: “Cuando despertó, vio los ojos de asombro de los niños que miraban fascinados al dinosaurio, que todavía estaba allí’. Augusto Monterroso empezaba a estar un poco cansado de que juguemos a ser Augusto Monterroso. ¿Y los dinosaurios?: ‘Cuando ella despertó, los dinosaurios siguieron durmiendo porque estaban exhaustos’.

 Juan Yanes

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Mesa sola

Posted in Objetos by Juan Yanes on 1 agosto, 2010

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Readymade

Posted in Arquitecturas by Juan Yanes on 1 agosto, 2010

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Espacio cultural

Posted in Crítica, Los mensajes de la botella by Juan Yanes on 1 agosto, 2010

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Pedradas

Espacio cultural.- En el exterior del edificio de un banco aparece el cartel, “Espacio cultural”. ¿Qué entienden los banqueros por cultura? ¿Y los funcionarios del Ministerio de Cultura? ¿Y los concejales de las Comisiones de Cultura de los pueblos? ¿Es que acaso se puede administrar la cultura? ¿Es que acaso se puede encerrar la cultura en un espacio? ¿Lo que está fuera de los “Espacios culturales”, no es cultura? ¿A dónde hemos llegado? ¿Qué demonios es la cultura para toda esta gente? ¿Un supermercado, algo que se compra y se vende, una tómbola, una máquina de hacer churros, un salsódromo, un parque temático? Juan Yanes

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