Los amores se me van
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A mí los amores se me van por las esquinas embriagados en el sonido del oud y las darbukas. Yo los persigo entre las arcadas y los llamo con las palabras más dulces que conozco y con las más seductoras promesas, pero sé que esa música insinuante es más poderosa que las palabras y que la sangre y que el deseo. Y sé también que aunque retornen de nuevo, volverán a irse por las callejuelas y las travesías para verle las manos al que tañe la inasible melodía y el ritmo extenuante durante la noche. Juan Yanes
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Qué delicado, Juan.
Un abrazo (con voluntad de permanencia)